miércoles, 28 de diciembre de 2011

Navidad y año Nuevo, tiempo de contemplación y reflexión


Navidad, tiempo de contemplación, contemplemos al Niño que nace, ese niño Que nació para la salvación de toda la humanidad.
Contemplemos a María a quien le dijeron que una daga atravesaría su corazón.
María frágil y dócil, siguió aceptando los designios de Dios.

María siguió su vida, la podemos ver al pie de la cruz de su hijo, ultrajado y humillado esperando la muerte y María allí, viendo morir a su único  hijo y no claudico, allí estaba hasta su último suspiro.
Pero María siguió y la podemos ver en Pentecostés junto a los apóstoles formando la iglesia de Dios.
Y María tuvo su reconocimiento, su cuerpo fue elevado al cielo como Reina del cielo.
Esa Reina es la que vela por nuestros hijos y seres queridos que partieron antes que nosotros y nunca los abandonara y es ella la que nos dará fuerzas para seguir.
Contemplemos a María y entreguemos nuestro dolor al pie de la cruz de Jesús, el sabrá sanarlo.

Año Nuevo, tiempo de meditación, tiempo de mirar un poco hacia atrás y vernos en el pasado, vernos en nuestro dolor y reflexionar sobre el mismo.
¿En que situación estábamos? Y ¿Cómo estamos hoy? Hay algo muy importante, estamos y eso valió el esfuerzo, cuantos pensamos que moriríamos con nuestros hijos y hoy seguimos de pie, eso es positivo, aunque no lo creamos así.
Vernos atrás y darnos cuenta cuanto tiempo ocupaba ese dolor y cuanto ocupa hoy.
Aunque sea muy poco eso es positivo, quiere decir que no nos estancamos y seguimos caminando, aunque sea a paso pequeños.
Mirar en nuestro corazón, ¿Qué sentimientos guardaba en el pasado? Y ¿Qué sentimientos nuevos encontramos hoy?
Mirar nuestros enojos, broncas  y resentimientos ¿son iguales? O ¿cambiaron, disminuyeron o desaparecieron?
Mirar nuestro amor hacia los ya partieron,¿Creció? Seguro que si porque se amor no desaparece ni disminuye, aumenta con el tiempo y ese será el motor de nuestras vidas de aquí en adelante.
Miremos nuestros rencores y culpas ¿pudimos perdonar a otros y a nosotros mismos? ¿Aprendimos a perdonar?
Que hermoso es poder perdonar, nos trae mucha paz a nuestros corazones y a los corazones de nuestros seres queridos.
Que bello es cuando miramos hacia atrás y vemos nuestros pequeños pero grandes logros, ellos nos dicen que estamos vivos, que estamos en caminando, que nuestro dolor empezó a sanar, que hay una lucecita aunque parezca pequeña, que nos ilumina el camino, esa lucecita se llama Esperanza.
Adelante que juntos podemos.
Dios los Bendiga y Feliz Año Nuevo lleno de Esperanzas.
Así sea

Patricia Eclecia









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