viernes, 7 de octubre de 2011

Lujan 2011, compartiendo caminos


Otra ves lujan como cada año caminamos al encuentro de nuestra madre que nos espera con los brazos abiertos llenos de amor para sus hijos.
Este año ya es el segundo que no caminamos juntos hijo, pero si se que aunque no eres visible a nuestros ojos allí estarás cuidándonos y protegiéndonos a lo largo del camino.
Este año es muy especial para mi ya que Dios me puso pruebas muy difíciles de aceptar desde la lógica humana, pero el sabe hasta donde mi gran amor me lleva por sus caminos haciendo su voluntad y no la mía.
Este año empecé a sentir una rara sensación, primero fue de mucha bronca hacia todo lo que merodeaba y conmigo misma, es cuando tenia la certeza de que ya nunca mas te volvería a ver, era la realidad que me golpeaba en la cara con toda su fuerza .
Este año me di cuenta que desde mi dolor podía ayudar a otros que sufrían como yo y me llevo a escribir mis emociones y a compartirlas con ellos, también me descubrí consolando a muchas mamas que habían perdido a sus hijos y no me había dado cuenta de haberlo hecho, cuando tome conciencia de ello me sentí muy rara, hasta sentí culpa de no llorarte hijo para consolar a otros.
También empecé a no sentir tanto la necesidad de visitar el cementerio y mas el deseo de encontrarme con Jesús en el santísimo y conversar con el através de la oración.
Volví después de mucho tiempo a reconciliarme con Dios en la confesión y a encontrarle un sentido distinto a la eucaristía que se hacia cada día mas imprescindible para seguir adelante.
Este año empecé a trabajar más profundamente el dolor y los sentimientos de bronca que tenia guardados muy adentro de mí y me hacían tanto daño que no me permitían seguir elaborando mi duelo para poder sanar mis heridas.
Y conforme pasaban los meses ya no me atormentaban tanto las fechas del accidente y la de tu  muerte, creo que el cambio se empezó a gestar mas profundamente con tu primer aniversario, de eso me estoy dando cuenta ahora que me miro hacia atrás en el pasado.
Aprendí también a compartir mis sentimientos y dejarme mimar un poco por otras personas que como yo también sufren en los grupos de ayuda mutua y eso me fortalece cada día mas.
Hoy me doy cuenta que era sumamente necesario que hiciera un alto en mis actividades para poder entender lo que me paso y poder comprender y acompañar más a mi familia.
Entre las pruebas que me puso Dios tuve que conocer a la persona que estuvo involucrada en el accidente que te costara la vida, hay Dios que difícil, en un principio habíamos hablado el año anterior y después nunca mas supe de el, tal ves porque yo no busque o el no me busco a mi, o tal ves porque no era el tiempo para encontrarnos según la voluntad de Dios que sabia que en mi corazón habían sentimientos encontrados que no favorecerían el dialogo y la comprensión.
Después cuando me entere que tenia que verlo por una cuestión legal, me puse muy mal, porque yo me negaba a conocer aquel hombre sin rostro para mi que me había causado tanto dolor.
Pero aquel día descubrí a un ser humano como yo que sentía profundamente lo que había sucedido y descubrí que era capaz de dar la cara ante tus papas y hacerse cargo, también estaba su señora quien se encontró conmigo en un abrazo sincero lleno de emoción.
El tenía razón cuando aquella ves me había dicho que había una familia que no se borraba.
Este encuentro cambio completamente nuestras vidas y nuestros sentimientos, solo había que esperar los tiempos de Dios para que diera los frutos que el esperaba, La Paz para ambos, la comprensión y una sensación muy extraña que hoy mucho no comprendo pero acepto porque Dios así lo quiso.
Bien aquí estoy Señor aceptando todo lo que vos tenes para mi guardado y como hay mucho para hacer de tu mano me pongo en camino como los primeros cristianos a encontrarme con aquella Madre que bien sabe de mi dolor porque lo vivió como yo cuando su hijo murió por nosotros, a ella le  entrego todo lo que soy y seré desde hoy en adelante y de aquí en mas siempre de su mano, que son las mismas manos que hoy hijo te están mimando.A ti Madre te pido en esta caminata por el eterno descanzo de Edgar, por mi familia y por la familia de Hernan.

 

Aceptando tu voluntad, Señor


Cuando los caminos de Dios son tan incomprensibles a nuestra mente limitada es cuando debemos abandonarnos a el y dejar toda en sus manos, el  hombre es un ser finito que con la propia lógica no es capaz de entender y razonar las cosas de Dios, solo a partir de la fe gracia divina de Dios a la que aceptamos libremente podremos empezar a correr el velo de su misterios, y mientras mas lo corremos mas nos damos cuenta que no sabemos nada.
En esta entrega total a Dios y a su voluntad va también nuestra confianza plena en el, siempre, que se haga su voluntad y no la nuestra.
En esta voluntad de Dios me encuentro sumergida en esta etapa de mi duelo, incomprensible e ilógica a todo razonamiento humano, pero ya Dios me había empezado a preparar para este momento muchos años atrás de todo lo sucedido y otra ves dejo que se haga su voluntad, como la primera ves que me llamo a su comunidad, como la segunda cuando deje en sus manos la vida de mi hijo y hoy aceptando sus designios tan misteriosos para mi y que se escapan a mi razonamiento.
Allí estaba yo caminando hacia aquel lugar donde se encontraba la persona que estaba involucrada en el accidente de mi hijo el cual le costara la vida, aquella persona que días atrás se presento ante mi sin yo desearlo porque me aterraba su sola presencia, aquel hombre sin rostro hasta ese momento, y en ese momento comprendí muchas cosas, la principal que sufría como yo la muerte de mi hijo.
Y mientras mas me acercaba mas me torturaba mi lógica humana, esa lógica que un día me llevo a cuestionar el “Perdona nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” imposible perdonar a la persona que causo la muerte de un hijo, ilógico e irracional.
Pero allí estaba frente a mí por segunda vez, ya no con los abogados, si no frente a frente, persona a persona, cara a cara.
Y volví a contemplar aquel rostro dolido y comprensivo, tal vez con miedo, tal vez no.
Y me vi, sentada enfrente a frente, con aquella persona desconocida, pero algo en mi interior me decía que Dios quería que yo la conozca, que yo supiera de sus sentimientos, que ese encuentro no se `podía demorar mas, este era el día en el que Dios izo su voluntad nuevamente sobre la mía y así lo acepte, porque Dios me demostró que en el todo se puede, hasta el mas grande dolor y el perdón.
Conforme comenzamos hablar, todo se fue dando en un ambiente cordial y de respeto el uno para el otro y salieron a flote todos nuestros sentimientos, cuestionamientos y nuestras verdades, me encontré con un ser humano especial, muy distinto a tantas personas que se creen dueñas de la verdad, soberbias y altaneras, el no es así y me lo demostró a cada momento tratando de consolarme y que me sintiera bien.
En mi mente quedo su mirada tan clara y sincera y creo no equivocarme.
A Dios siempre le preguntamos el ¿ por que? de las cosas y no el¿ para que?, que tiene un abanico grande de posibilidades, hoy entiendo mas el para que, aunque todavía no lo encuentro, pero creo sinceramente que a partir de este día Dios nos junto para encontrar ese para que, y el porque es mas simple, para que mi hijo pueda descansar en paz  al ver a su mama superando las barreras de la lógica humana y aceptando los designios de Dios, ese Dios que el ya conoce personalmente y nunca lo abandonara, y desde su cielo junto a Dios y a María siguen dándome fuerzas para seguir luchando en esta vida, dándole un rumbo totalmente distinto al que imaginaba.